LA CONVIVENCIA EN LA ESCUELA
Uno de los grandes retos que tiene la escuela es la búsqueda y creación de mejores ambientes y relaciones para la convivencia, como condición para alcanzar la tan anhelada paz en nuestra querida Colombia. Pero la escuela y sus actores deben comprender que la convivencia escolar, más que retórica y buenas intenciones, no surge espontáneamente como si fuese instintiva en los seres humanos. Es algo que se construye, que se produce de modo social y en los seres humanos. Es algo que se construye, que se produce social y colectivamente. Requiere de condiciones sociales e institucionales mínimas pues es, ante todo, el fruto del acuerdo, del resultado de un consenso múltiple y de desarrollo que no es permanente y fijo, sino móvil y cambiante, sujeto a modificaciones. hoy más que nunca vemos que las demandas sociales son imperativas, dinámicas y diversas.
Nuestra escuela no está exenta del conflicto, por el contrario, existe, y es el insumo para construir convivencia, valores, acuerdos y competencias para una vida saludable y en armonía con el congénere. Las virtudes del ser humano solo son aplicables en ambientes de contrastes con el conocimiento y la teoría.
Cada día los salones y los patios de la escuela se llenan de alegría, de actividad donde se va construyendo poca poco esa nueva Colombia: JUSTA, ÉTICA AMABLE, TRABAJADORA, ALEGRE Y DIVERSA.
Entendiendo la convivencia como una condición para vivir con el otro, de vivir con la diferencia, se fundamenta en los aprendizajes que los alumnos y las alumnas deben alcanzar en el proceso de socialización, como son la tolerancia, el respeto la solidaridad el diálogo, entre otros.
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